Esto es un chico llamado Pablo, era muy malo y tiraba papeles, piedras a los árboles y a las flores, les daba pisotones y les arrancaba los pétalos, además tiraba papeles y latas al suelo. Sus padres le regañaban, pero él no les hacía caso.
Al día siguiente los padres decidieron castigarle con ir por el parque y recoger las latas,... y tirarlas a las papeleras de reciclaje, pero él no se enmendaba.Un día una bruja le echó un hechizo que le convirtió en un árbol durante un mes y en una flor durante otro.
El niño se despertó y vio que era un árbol. Veía a la gente que le tiraba la basura y los niños piedras. Aprendió que ser un árbol era duro. Al llorar se acabó la maldición de ser un árbol. Pero aún le quedaba la de ser una flor.
Cuando se convirtió en una flor tenía miedo porque era pequeño. Un niño quería quitarle los pétalos, no llegó porque una mujer muy buena lo salvó llamándole la atención al niño.
Otro día la misma mujer le regó y lo cuidó durante el tiempo que estaba transformado.
Cuando volvió a su vida humana cuidaba muy bien de toda la naturaleza. Cuando se hizo viejo, le contaba a sus niños que había que cuidar la naturaleza y que si no la respetaba te podía pasar algo malo.
La lección es que hay que cuidar la naturaleza para vivir mejor.
Cuento ganador del tercer ciclo, escrito por Juan José Barroso Sánchez de sexto B.
